sábado, 9 de noviembre de 2024

The Copenhagen Trilogy - Tove Ditlevsen

Tove Ditlevsen y Víctor Andeasen en 1951.
estaba bien guapa, oye.

Esta trilogía estaba pensada para ser discutida en una sesión del grupo de lectura de la biblioteca de Amager Vest en Copenhague, y el motivo de por qué la escogimos fue por querer seguir la línea de escoger una trilogía, y a algún autor/a danés/a. 

Consta de tres momentos en la vida de la autora: Childhood, Youth y Dependency (adultez). 

Uno de las preguntas que surgían en el club era si pensábamos si la obra era autobiográfica. La verdad yo pensaba que sí, pero cuando hicieron la pregunta empecé a dudar. Seguí leyendo los libros hasta terminarlos hasta sacarme la duda, y sí, son autobiográficos. Pienso en el acto de escribir sobre uno mismo; desde hace años escribo diarios y creo que algún día me gustaría que se publicara como alguna suerte de memorias, omitiendo ciertas cosas en función de hacer un relato que fuera emocionante seguir. Actualmente estoy leyendo el primer libro de las crónicas de Bob Dylan, y es apasionante ver todas las cosas por las que tuvo que pasar antes de ser la figura pública; todos los músicos y personas que lo inspiraron a seguir adelante, todos los lugares de donde viene la voz con la que canta, la forma en la que toca.

Volviendo al libro, hay algunos puntos que me gustaría tratar.

Primero que todo, a través de la trilogía podemos seguir los primeros pasos de la artista. Sus primeros años escribiendo poesía, donde ya se imaginaba que de grande sería una famosa escritora; aquel momento en que publica su primer poema en una revista, su consecutiva carrera por seguir en ese camino, su inmersión en el mundo artístico, y finalmente, casi como un premio a todo su esfuerzo, la consolidación como escritora donde, ya adulta, es su profesión.

También quiero resaltar la idea de sentirse diferente cuando niña por tener el gusto de escribir. Sus amigas hablaban de ligar con hombres, y hasta la adultez nunca tuvo una amiga que compartiera su pasión. Una incomprendida, solo un hombre mayor le prestaba libros y le decía que podía llegar a ser buena poeta si seguía así. Pero era cuestión de tiempo, ya al ser mayor se encuentra en un entorno donde sus similares potencian sus pasiones, perspectivas y proyecciones.

Por otro lado, sus relaciones amorosas. Aquellos primeros encuentros que parecían efímeros, que a veces quedaban en la memoria a pesar de ser solo momentos. De cómo pasó por sus primeros novios, sus primeros dos maridos, Viggo F., un manager de artistas muchos años mayor que ella, y Ebbe, un estudiante sensible que a veces no era capaz de controlar sus emociones y tenía tendencia a caer en la bebida. De cómo engaña a Ebbe con Carl, que fue quien la adentró en el vicio del demerol y con quien tuvo años de un matrimonio enfermo que trajo perjuicios para la salud de Ditlevsen. Tuvo que pasar por mucho hasta quedarse con Víctor que, creo, fue su último marido. Estamos hablando de una Tove que era adulta-joven, y era natural ver muchas infidelidades en su entorno, éstos eran temas que conversaba con sus amigas, quienes vivían así como ella. Evidenciar, de pronto, su deseo por ser madre, a pesar que no vemos su relación con sus hijos como algo en lo que profundice demasiado. Mencionar que sus amigas siempre se preocuparon por ella y la ayudaban a sentirse mejor por medio de la conversación o el visitarse mutuamente. 

Nos podemos dar cuenta de la evolución de la relación que tiene con sus padres a medida que va creciendo. Al principio se sentía muy lejana a su madre, a quien con el tiempo va aprendiendo a querer, pero primero tuvo que dejar su hogar, separarse de ella para que naciera un vínculo de amor nuevo. Ya de adulta sus padres, en especial su madre, se transforman en seres que la sacan de problemas que ella ni sus amigas pueden resolver.

El último punto que quisiera mencionar es la dependencia a las drogas, de la cual tenemos una descripción en primera persona. La enfermedad del vicio al demerol detenía su vida como un motivo sin tiempo donde solo se vivía para sentir un poco más. Sin voluntad ni objetivos, caía en un bucle donde ya no había pasiones ni responsabilidades, ni vínculos afectivos. Dentro de esta misma dinámica, años más tarde, perdió su vida, por eso es importante advertir que el camino de la adicción empobrece y detiene al espíritu, lo obstruye y no le permite crecer ni vivir con sus semejantes. Como siempre, me gusta pregonar el camino de estilos de vida sanos que promuevan el crecimiento personal.

No pude discutir estos puntos con el grupo, pero ya tendré otros clubs de lectura con nuevos libros.



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