lunes, 19 de febrero de 2024

Como bestias, Violaine Berot

 

"los entrantes" Gastón Cereceda

Es interesante, para mí, comentar lo que sentí con este libro a partir de las cosas que me pasaron a medida que lo iba leyendo. Me siento en la libertad de hacer esas conexiones si tomo la palabra que Deleuze hizo sobre los libros de Nietzsche, creo que esto puede trasladarse a lo que me pasó con el texto. Dice

Nietzsche lo plantea claramente: si queréis saber lo que quiero decir, hallad la fuerza que le da sentido, si es preciso un nuevo sentido, a lo que digo

Empecé a tantear a partir de puntos en el libro que me llamaban la atención. Por ejemplo, la vida rural, y un poco salvaje que vivía la familia de Mariette y el niño. En esa misma reflexión de Deleuze sobre Nietzsche, el escritor francés habla sobre la relación que tienen las personas que se apartan de la sociedad:

"Es verdad que, en el centro, las comunidades rurales quedan atrapadas y regladas en la máquina burocrática del déspota, con sus escribas, sus sacerdotes, sus funcionarios; pero, en la periferia, las comunidades emprenden una especie de aventura, con otra clase de unidad, nomádica en este caso, en una máquina de guerra nómada, y se descodifican en lugar de dejarse sobrecodificar

Empatizo con la familia y su necesidad de querer apartarse de la sociedad, a veces esta se vuelve insoportable y es necesario, por salud, querer alejarse de ella y vivir más cercano a la naturaleza. La autora del libro y el mismo Nietzsche decidieron en su momento relegarse a una vida más periférica. Puedo encontrar incluso un paralelo entre la labor de Nietzsche de romper los esquemas de la filosofía tradicional y la huída de la familia del libro, quienes escapan de la sociedad porque la ciudad era estresante, las personas no los entendían y querían cambiarlos de acuerdo al estándar de gente común.

Si Nietzsche se separa de la filosofía es quizá porque es el primero que concibe otro tipo de discurso a modo de contra-filosofía. Es decir, un discurso ante todo nómada, cuyos enunciados no serían productos de una máquina racional administrativa, con los filósofos como bu­rócratas de la razón pura, sino de una máquina de guerra móvil. (...) Sabemos bien que, en nuestros regímenes, los nómadas no tienen cabida: no se escatiman medios para regularlos, y apenas consiguen sobrevivir. Nietzsche vivió como uno de esos nómadas reducidos a no ser más que su sombra, de pensión en pensión. Pero, por otra parte, el nómada no es necesariamente alguien que se mueve: hay viajes imóviles, viajes en intensidad, y hasta históricamente los nómadas no se mueven como emigrantes sino que son, al revés, los que no se mueven, los que se nomadizan para quedarse en el mismo sitio y escapar a los códigos". 

Otro elemento llamativo son la gruta y las hadas, y cómo esta fábula rural es una historia que al parecer sí tiene efecto sobre la realidad, como una maldición. Este mito parece ser real en este lugar alejado del cientificismo. Raúl Ruiz en su libro Poéticas del cine contrapone dos elementos teóricos: el Misterio y el Ministerio. El primero dibuja estatutos sin bases, esconde sus argumentos, cree la verdad, tiene de su lado a los misterios de la humanidad; en cambio el segundo busca codificar, revelar, interpretar las cosas, tiene el poder de la policía y el aparato del Estado. En "Como bestias", si hacemos una interpretación, el partido lo gana Ministerio porque reordena a su modo los elementos, pero es acaso incapaz de explicar la llegada de la niña a la gruta, los poderes sobrenaturales del niño y el hecho que, de antemano, Misterio haya trazado las reglas del juego: 

"por nada del mundo habría que intentar recuperar a un niño robado por las hadas o, de lo contrario, la desgracia caería sobre el valle".

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