domingo, 24 de noviembre de 2024

Bob Dylan - Chronicles Volume One

"Je est un autre", Arthur Rimbaud.
A ver si nos damos cuenta la gran influencia de Woody Gutrhie en el primer Dylan.

Años que vengo escuchando a este artista y en Chile dejé un libro con su biografía. La verdad siempre me sentí un poco atraído por este personaje en vista del despliegue artístico que tenía su palabra. Un día, escudriñando en una tienda Record, encontré la primera parte de sus crónicas autobiográficas. Por 75 coronas, una ganga total. Me tomó muy poco tiempo terminar este libro, a pesar que tiene unos momentos muy largos. Las partes más entretenidas las avancé de un viaje y más de una risa me sacó.

Quisiera hacer un análisis muy conciso sobre este libro, solo haciendo énfasis en un punto que llamaré la influencia de la obsesión. 

En el libro hay tres épocas que se nos presentan: 

a) Sus primeros años donde empieza a hacer sus primeras grabaciones y presentaciones en vivo, estamos hablando entre 1961 (cuando con 19 años llega a Nueva York a visitar a su ídolo Woody Guthrie) y 1965, año en que se publica Highway 61 Revisted, el álbum donde cambia su rumbo de músico de folk por uno de rock and roll. 

b) Otra es la grabación del álbum New Morning de 1970, donde se ve a un Bob Dylan distante del entorno musical producto de un cambio de enfoque; nos encontramos en este momento a un hombre de familia que poco le importa seguir escribiendo canciones para mantenerse en una escena de la cual reniega. 

c) Por último, está la época de la grabación del álbum Oh Mercy en 1989, donde vemos a un Dylan complicado por la falta de inspiración. Aborda estrategias para hacer música pero él mismo menciona que ha perdido esa chispa con la que era capaz de hacer canciones como las que lo hicieron famoso.

Yo pienso que si hubo un factor determinante que impedía al Dylan más avanzado mantenerse al ritmo del Dylan joven es la falta de obsesión. La llama creativa de los inicios de su carrera se nutría de su capacidad de nadar vivo en aguas peligrosas. Tener que arreglárselas para ganar algunos dólares extra para poder vivir mejor, cambiándose de lugar para vivir, hacerse sus propios muebles, estar inaccesible a los discos de sus ídolos; un Dylan para cual todo era nuevo, que probaba ideas para reinventarse y encontrar su sonido, un joven que compartía con mucha gente por necesidad de sobrevivir en Nueva York. Nos encontramos con un Bob que no paraba de hacer conciertos, con un fuerte estándar de trabajo bajo el cual todo lo que le rodeaba le ayudaba a hacer su música.

El genio detrás de Farnam, Shane Parrish, publicó en una de las ediciones de su newsletter:

The lazy lose to the average
The average lose to the focused.
The focused lose to the obsessed.

Explica, citando a las palabras del basquetbolista Kobe Bryant, que el peor escenario para alguien que está compitiendo es encontrarse con un obsesivo, porque esa es la persona que está entrenando ya a las 4 am o siete días a la semana. Y Dylan fue tan prolífico en su primera etapa porque su vida giraba en torno a su música. El Dylan de los 90' ya está consagrado y no tiene necesidad de publicar algo para sobrevivir, tiene familia, un yate, casas, muchas comodidades que lo alejan de atreverse a probar algo nuevo.

Por otro lado, si hablamos de influencias, el autor cuenta que cuando fue a ver una obra de teatro en Broadway quedó fascinado por la estructura musical de una canción que él llamó "Pirate Jenny". Con esta estructura de canciones luego escribiría temas como "Who Killed Davy Moore?", "It's All Right Ma', I'm Only Bleeding", "Mr. Tambourine Man" y "A Hard Rain It's Gonna Fall". La estructura de canciones de Woody Guthrie, Robert Johnson y Hank Williams fueron descisivas en la escritura del primer Dylan. Por último, Bob piensa que su natal Minnesota es cuna de grandes artistas y personajes históricos. es acaso la misma sensación que tengo por la Quinta Región de Valparaíso.

Un buen libro. Fue como un regalo de la vida encontrarme con el relato de sus primeros años musicales en las palabras del mismísimo Robert.

sábado, 9 de noviembre de 2024

The Copenhagen Trilogy - Tove Ditlevsen

Tove Ditlevsen y Víctor Andeasen en 1951.
estaba bien guapa, oye.

Esta trilogía estaba pensada para ser discutida en una sesión del grupo de lectura de la biblioteca de Amager Vest en Copenhague, y el motivo de por qué la escogimos fue por querer seguir la línea de escoger una trilogía, y a algún autor/a danés/a. 

Consta de tres momentos en la vida de la autora: Childhood, Youth y Dependency (adultez). 

Uno de las preguntas que surgían en el club era si pensábamos si la obra era autobiográfica. La verdad yo pensaba que sí, pero cuando hicieron la pregunta empecé a dudar. Seguí leyendo los libros hasta terminarlos hasta sacarme la duda, y sí, son autobiográficos. Pienso en el acto de escribir sobre uno mismo; desde hace años escribo diarios y creo que algún día me gustaría que se publicara como alguna suerte de memorias, omitiendo ciertas cosas en función de hacer un relato que fuera emocionante seguir. Actualmente estoy leyendo el primer libro de las crónicas de Bob Dylan, y es apasionante ver todas las cosas por las que tuvo que pasar antes de ser la figura pública; todos los músicos y personas que lo inspiraron a seguir adelante, todos los lugares de donde viene la voz con la que canta, la forma en la que toca.

Volviendo al libro, hay algunos puntos que me gustaría tratar.

Primero que todo, a través de la trilogía podemos seguir los primeros pasos de la artista. Sus primeros años escribiendo poesía, donde ya se imaginaba que de grande sería una famosa escritora; aquel momento en que publica su primer poema en una revista, su consecutiva carrera por seguir en ese camino, su inmersión en el mundo artístico, y finalmente, casi como un premio a todo su esfuerzo, la consolidación como escritora donde, ya adulta, es su profesión.

También quiero resaltar la idea de sentirse diferente cuando niña por tener el gusto de escribir. Sus amigas hablaban de ligar con hombres, y hasta la adultez nunca tuvo una amiga que compartiera su pasión. Una incomprendida, solo un hombre mayor le prestaba libros y le decía que podía llegar a ser buena poeta si seguía así. Pero era cuestión de tiempo, ya al ser mayor se encuentra en un entorno donde sus similares potencian sus pasiones, perspectivas y proyecciones.

Por otro lado, sus relaciones amorosas. Aquellos primeros encuentros que parecían efímeros, que a veces quedaban en la memoria a pesar de ser solo momentos. De cómo pasó por sus primeros novios, sus primeros dos maridos, Viggo F., un manager de artistas muchos años mayor que ella, y Ebbe, un estudiante sensible que a veces no era capaz de controlar sus emociones y tenía tendencia a caer en la bebida. De cómo engaña a Ebbe con Carl, que fue quien la adentró en el vicio del demerol y con quien tuvo años de un matrimonio enfermo que trajo perjuicios para la salud de Ditlevsen. Tuvo que pasar por mucho hasta quedarse con Víctor que, creo, fue su último marido. Estamos hablando de una Tove que era adulta-joven, y era natural ver muchas infidelidades en su entorno, éstos eran temas que conversaba con sus amigas, quienes vivían así como ella. Evidenciar, de pronto, su deseo por ser madre, a pesar que no vemos su relación con sus hijos como algo en lo que profundice demasiado. Mencionar que sus amigas siempre se preocuparon por ella y la ayudaban a sentirse mejor por medio de la conversación o el visitarse mutuamente. 

Nos podemos dar cuenta de la evolución de la relación que tiene con sus padres a medida que va creciendo. Al principio se sentía muy lejana a su madre, a quien con el tiempo va aprendiendo a querer, pero primero tuvo que dejar su hogar, separarse de ella para que naciera un vínculo de amor nuevo. Ya de adulta sus padres, en especial su madre, se transforman en seres que la sacan de problemas que ella ni sus amigas pueden resolver.

El último punto que quisiera mencionar es la dependencia a las drogas, de la cual tenemos una descripción en primera persona. La enfermedad del vicio al demerol detenía su vida como un motivo sin tiempo donde solo se vivía para sentir un poco más. Sin voluntad ni objetivos, caía en un bucle donde ya no había pasiones ni responsabilidades, ni vínculos afectivos. Dentro de esta misma dinámica, años más tarde, perdió su vida, por eso es importante advertir que el camino de la adicción empobrece y detiene al espíritu, lo obstruye y no le permite crecer ni vivir con sus semejantes. Como siempre, me gusta pregonar el camino de estilos de vida sanos que promuevan el crecimiento personal.

No pude discutir estos puntos con el grupo, pero ya tendré otros clubs de lectura con nuevos libros.