Volviendo a este escritor chileno, la verdad es que me cautivó desde el primer momento, aún sin haber leído ninguna página de él, por la manera en que mezclaba la biografía con la historia de la ciencia, dos temas que me apasionan profundamente. Este libro se centra en la primera mitad del siglo XX; muestra cómo se llegó a crear armas de destrucción masiva a partir del descubrimiento de técnicas químicas. La parte que más me cautivó fue la vida de los científicos. Algo que tienen en común todos los casos que presenta es que de alguna manera bordean el abismo y se encuentran a sí mismos con algo superior a su entendimiento, lo cual los hace tocar la locura.
Karl Schwarzschild, el activo imparable, perpetuo inquieto y brillante que se dio cuenta de la dinámica de vida de las estrellas y llegó a incubar la idea de los agujeros negros, lo cual fue imporante para la teorización de cómo se comporta la materia. No paraba nunca de desarrollar ideas sobre los temas que le interesaban como la física y la astronomía. Según el libro, resolvió la problemática de las ecuaciones de la relatividad general, dándole la respuesta a Einstein. Este último se refereriría a él con las siguientes palabras: "He loved discovering the relations between multiple aspects of nature, but what drove his search was joy, the pleasure an artist feels, the vertigo of the visionary capable of discerning the threads that weave the fabric of the future" (p. 54-55).
Alexander Grothendieck, talentoso desde una joven edad, trabajó imaginando vacíos en la matemática teórica que resolvía con un equipo de personas. Su afán de querer construir un sistema que abarcara el corazón de las matemáticas lo llevó quizás demasiado lejos. Decía: "what stimulates me is not ambition or the thirst for power. It is the acute perception of something inmense and yet very delicate at the same time" (p. 73). Posterior a estos esfuerzos magnánimos, quiso ampliar su horizonte hacia la espiritualidad y el compromiso político; pensaba que el tema de las matemáticas no iba a ayudar a la humanidad. Decide comprometerse con la vida desde un abandono del ego en busca de la luz del conocimiento que lo ayudaría a entender el mundo en su completitud. Al igual que los místicos o músicos como John Frusciante, llegó a un punto donde pensó que la tarea de alcanzar la totalidad implica olvidarse de sí mismo. Grothendieck se despojó de su vida: "he became intolerant of all the comforts of bourgeois life; he tore up the carpets from the floors of his house, considering them superflours adornments, and began to make his own clothing: sandals from recycled tires, trousers sewn from old burlap sacks. He stopped using his bed, instead sleeping on a door he had torn from its hinges" (p. 75). Años después quema todas sus pertenencias. Se alejó del mundo lo suficiente como para ser un incomprendido, pero dentro de sí él pensaba que estaba en lo correcto. Nuevamente el genio llega a estar en contacto con la locura, que es el tema que le apasiona a Labatut al momento de escribir libros de ésta índole.
Existía discondancia entre Werner Heisenberg y Erwin Schrödinger con respecto a cómo se comportaba el mundo subatómico. Un momento de iluminación en la vida de Heisenberg le había sugerido que los átomos deberían estudiarse apartándolos del entorno; Schrödinger proponía que el átomo debería estudiarse en movimiento e hizo una ecuación donde se asociaba su comportamiento con el de las olas (ondas en movimiento). Los estados alterados que vivieron estos personajes nos hace pensar en que el fin justifica los medios de trabajo: días enteros sin alimentarse, la enfermedad pero aún así la persistencia para lograr resultados en sus investigaciones; ¿estos hombres luchaban por prestigio o por el afán de llegar a plantear una verdad? La enfermedad y las alucionaciones son temas que abarca la última parte del libro, quizás una de las más excitantes, tanto que la mía fue una lectura efusiva en este punto donde la trama era tan envolvente que solo podía seguir hasta terminar y resolver el conflicto central.
Totalmente recomendado para quienes se sientan atraídos por la ciencia, tanto legos como entendidos. Creo que con esto doy por terminada mi buceo en las lecturas de Labatut; ha sido un camino muy interesante, conectando con la lectura de la biografía de Einstein, del cual me costó entender sus teorías. Al menos desde la perspectiva narrativa, con este escritor se puede entender mejor un mundo tan serio como la ciencia.